jueves, 30 de noviembre de 2017

Casas del Castañar. 2071-11

Como nos gusta disfrutar de los colores del otoño, buscamos una ruta en el Jerte. Llegar hasta Plasencia desde Salamanca, parece un poco lejos, pero lo cierto es que son los mismos kilómetros o menos que a Gredos y se tarda menos tiempo.


Antes de llegar a Plasencia nos desviamos por la carretera que sube a Cabezabellosa. Como tantos otros pueblos en las sierra cacereñas, es un pueblo con una extraordinaria situación en la ladera, dominando el valle del Ambroz. Una estrecha carretera nos lleva hacia el valle contiguo, el del Jerte.

Antes de llegar al pueblo del Torno, cuya vista nos acompañará durante bastante tiempo a lo largo del día, paramos para cononcer a un gigante: el fabuloso roble del Acarreadero, en el paraje de Romanejo; el mayor roble de Extremadura, de unos 500 años de antigüedad y 5,77 m de perímetro de tronco.

Continuamos hacia Casas del Castañar. Desde allí haremos un recorrido otoñal fuera de lo común. La fama de los cerezos son sus hermosas flores blancas; la gente acude en masa para verlo, pero muchos desconocen la belleza que les aporta el otoño, que los viste de rojo y tiñe todo el valle del Jerte. El espectáculo de los colores amarillos, ocres y rojos de castaños, robles y cerezos es digno de disfrutarse con calma.

El sendero nos lleva tras las plantaciones de cerezos a través de robledales hasata los famosos castaños centenarios de la Fuente de las Escobanchas y Escondelobos, también enormes, dignos en su vejez y vestidos con sus galas otoñales. El paso del tiempo, las inclemencias y la mano del hombre ha provocado que algunas ramas y troncos no hayan aguantado. Aún así, los troncos se alzan todavía poderosos destacando como los abuelos del bosque.



Tras recorrer grandes extensiones de robledal, tomamos la senda que nos lleva a los Riscos de Villavieja, en la parte final de la sierra entre los vlles de Jerte y de La Vera. Me sorprendo al ver los restos evidentes de una ocupación prehistórica de la que no tenía idea. En efecto, el lugar estuvo ocupado por un castro vettón y se pueden distinguir con claridad restos de murallas y edificaciones. Otro precioso mirador.


El regreso nos lleva hacia Casas del Castañar por la era de San Bartolomé. Las vistas de los pueblos del Jerte iluminados por el sol del atardecer son la imagen perfecta para finalizar un recorrido absolutametne recomendable en otoño.



viernes, 24 de noviembre de 2017

Las Lagunillas por el Chozo del Pezuelo. 2017-11

Nunca deja de sorprenderse uno. Después de años y años pateando la sierra de Gredos, me encuentro con el que sin duda es el mejor acceso al circo de las Lagunillas. Este circo recoge aguas que tributan a la garganta de Navalperal en las proximidades del chozo de la Barranca, allí donde el camino comienza a ganar altura, antes de la laguna de Majalaescoba. Es un lugar que pasa desapercibido frente al enorme tirón de Cinco Lagunas y la Hoya de las Berzas. Un lugar muy poco conocido que tiene la belleza de lo no adulterado.


Las veces que he subido hasta aquí lo he hecho principalmente por la garganta del Pinar desde Navalperal de Tormes o bien por la cuerda de los Barquillos. También por el Norte desde Navamediana, Bohoyo y Aliseda. Incluso recientemente hemos bajado por aquí tras hacer una excursión de altura que nos llevó por Cinco Lagunas al Canchal de la Galana, la Galana, el Belesar, Meapoco, Lagunillas y cuerda del Barquillo.

Ahora, preparando una salida que haremos con La Facendera la primavera próxima, hemos partido desde el área recreativa de Zapardiel. Ha sido una alegría enorme caminar por la garganta del Hornillo y disfrutar de los muchos atractivos que presenta. Tanto es así, que me atrevo a pronosticar que éste acceso se popularizará en poco tiempo.

Por un lado me da un poco de reparo contribuir a que se conozca más este lugar, pues aumentará la presión sobre la naturaleza y su consiguiente deterioro; por otro lado, pienso desde hace tiempo que va demasiada gente por la plataforma de Hoyos y que sería conveniente dar a conocer otras posibilidades. Por ejemplo, para la gente que no quiera caminar más allá del Prao Pozas, los caminos del Balcón de Gredos dan una vista del núcleo central de la sierra mucho más bonita y gratificante. Del mismo modo, quienes deseen tener otro punto de vista diferente de la alta montaña gredense lo alcanzarán con facilidad desde Zapardiel o la Aliseda.


Se accede al área recreativa de Zapardiel por un tramo corto y empinado de carretera, desde la curva anterior al desvío del pueblo (viniendo desde Barco). Cruzado el puente, tras un par de porteras, se llega a un cruce de caminos. El que sube por la izquierda es el camino del Rostro, el de la derecha es el de los Bocines.

El camino del Rostro gana altura, pasa por un enebral, llega a "Prao Seco" bajo el Risco Redondo y sigue en diagonal hasta el Barquillo Mediano. La vista sobre las cumbres se va agrandando según se gana altura, pero al llegar a la cuerda es espectacular. En el foso que ha excavado la garganta del Pinar vemos la Barranca, más arriba Majalaescoba y la Hoya de las Berzas. Hacia arriba, el Cervunal, el circo de Cinco Lagunas, La Galana, el Gutre, el Picurucho y el Belesar. En primer plano el risco de las Hoces y el del Fraile. Simplemente un panorama magnífico.


El camino de los Bocines se mete de lleno en un robledal que en otoño es un auténtico espectáculo. Atraviesa después un tramo de pinar para nuevamente llegar a otra zona de robles salpicada con serbales. Los praos que siguen nos dejan en la cabaña rehabilitada de las Hoyuelas, que cuenta con un curioso corral circular con fuertes paredes.

El siguiente punto de interés son los abedules monumentales que surgen en distintos puntos junto a los cursos de agua.


Si seguimos hacia la izquierda, podemos acceder a la cuerda por un buen camino que nos llevará en poco tiempo a la majada del Pezuelo, un complejo pastoril que se está rehabilitando y que impresiona. Cuenta con dos chozos, uno para ordeño y elaboración del queso y otro para los pastores, varios habitáculos, parideras, pesebres, patio con poyos entre los chozos, canal y otros detalles que lo convierten en un auténtico ejemplo etnográfico de la vida en la sierra en tiempos pasados. Ójala se conservaran más y mejor estas construcciones que nos hacen comprender las formas de vida de nuestros antecesores. Es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos, conservarlo, protegerlo y mostrarlo como un tesoro. Cada día tenemos más y mayores motivos para ello. La sociedad de la hipercomunicación arrasa culturas y hace que se pierda personalidad, conocimiento del pasado y valores, no sólo en Gredos, sino en todo el mundo. Debemos aplaudir y apoyar esta iniciativa y cuantas vayan en el mismo sentido.



Gracias, Sergio, por iniciar este proyecto.

Desde las Hoyuelas se puede subir también por la garganta del Hornillo. Un camino bien trazado nos deja en la cuerda del Barquillo cimero. Llegar desde allí al circo de las Lagunillas es un paseo.

Las lagunillas están hermosas incluso con las hierbas amarillas por la falta de lluvias. En el último año he estado tres veces aquí, dos de ellas, este mes y otra en primavera. Parecen lugares distintos, pero siempre conservan su belleza. El risco de las Hoces nos contempla. Espero que alguno de Ávila que lea esto tenga, como yo, recuerdos de la cumbre y la afilada cresta.





martes, 21 de noviembre de 2017

Lo masmut. Peñarroya de Tastavins (Teruel) 2017-11

Peñarroya de Tastavins es uno de los pueblos que forman parte de la comarca del Matarraña. Está situado casi en el límite entre las provincias de Castellón, Tarragona y Teruel. Cuando llegamos, desconocíamos la existencia de las gran mole caliza de "Les Roques de lo Masmut". Una pista permite el acceso hasta algunas de las paredes. Allí, se puede rodear, acceder al mirador situado enfrente, subir a la cresta (con precaución, pues aunque es sencillo hay algunos pasos con un patio considerable) o escalar; las paredes están cuajadas de vías de escalada por todos lados.
 



Es otro lugar de interés para visitar si se viaja a esta zona de Teruel tan interesante y desconocida para nosotros. En el pueblo destaca por su interés el santuario de la Virgen de la Fuente, con dos ermitas, una de ellas gótico-mudéjar que es monumento nacional, otra barroca con una fuente muy conocida que dispone de quince caños y un claustro. 


viernes, 17 de noviembre de 2017

El río Vero desde arriba 2017-11

Recorrer el curso del río Vero en la sierra de Guarra es una experiencia muy recomendable. Requiere destrepar, saltar, nadar y atravesar pasajes con cierta dificultad para personas no iniciadas en el descenso de barrancos. Hace algunos años lo bajamos Isabel, Carmen y yo. En aquella ocasión  entramos al río por el precioso barranco Básender, con sus estéticos rápeles, acompañados por Carlos y guiados por Jose Truji.


En esta ocasión hemos tenido la posibilidad de completar una escursión que desciende hasta el río desde el abrigo rupestre de Quizans por los pasos equipados de Len y Articazos. Es una auténtica gozada ver el cañón a vista de pájaro, atravesar pasajes con balcones panorámicos y abismos que se abren a nuestros pies constantemente, zonas de bosque y formaciones kársticas, todo ello por un sendero sencillo.



Las dos formas de recorrer el río son realmente recomendables. El descenso del río y el sendero que lo domina desde las alturas.

En esta ocasión tuvimos además la suerte de poder contemplar a placer al quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Este ave cuenta con bastantes ejemplares en la actualidad en Guara. Por ahora, su futuro no parece amenazado.


El origen de la excursión que nos llevó en principio al Vero era buscar una de las pinturas mejor conservadas de la cultura rupestre levantino-aragonesa. Se trata de un ciervo pintado en color rojo que data de entre el 4.000 y el 6.000 A.C. La pintura se encuentra en un abrigo situado en el barranco de Chimiachas, afluente del Vero. Para llegar hasta allí se parte de Alquézar y se pasa por el abrigo de Quizans, con otra figura de un ciervo, menor y con menos detalle.



De regreso tras visitar Chimiachas, encontramos el camino que dirige al curso central del barranco del Vero.


Guara es uno de los lugares más conocidos de España para hacer descenso de barrancos. Por supuesto, mis amigos de Ávila han estado bastantes veces y -por suerte para mí- les he acompañado algunas por lugares difíciles de olvidar, como los Oscuros de Balcés, Palomeras, Mascún, Peonera y algún otro. También tiene senderos de gran valor que justifican con mucho una visita, como es el descrito en este post o la simple aproximación al puente de Villacantal desde Alquézar.

lunes, 13 de noviembre de 2017

El Parrizal de Beceite. Matarraña, Teruel. 2017-11

El curso alto del río Matarraña es una de las excursiones clásicas más conocidas de la sierra de los Puertos de Beceite, en la provincial de Teruel. A pesar de su fama, bien merecida, no esperaba encontrar un lugar tan hermoso, con una belleza salvaje tan fuera de lo común.


El río se abre paso entre la roca caliza y da lugar a un barranco encajado entre grandes paredes, el llamado “Parrizal de Beceite”. Las formas erosivas sorprenden desde el primer momento. Por todas partes vemos grandes pináculos, callejones que perforan las laderas, arcos y formas caprichosas creadas por la disolución de la roca y la erosión.

La vegetación de la zona es mediterránea, con abundantes pinares de pino silvestre acompañado de sotobosque de boj. También caminamos junto a enebros, arces (en esta época del año con un precioso derroche de color), tejos, acebos, avellanos y encinas, entre otras especies.

Además de los valores naturales, el comienzo de la ruta nos permite ver uno de los paneles pintados más conocidos dentro del arte rupestre levantino: el abrigo de la Fenellosa, patrimonio de la humanidad junto con el resto de las pinturas prehistóricas del arco mediterráneo.


Para alcanzar la parte más hermosa hay que atravesar la zona próxima a los aparcamientos, donde el río ha sido “domesticado” para su uso turístico. En esta parte se han construido unas pasarelas de madera que permiten el paso por encima de algunas charcas con un agua transparente que refleja tonos verdosos. La consecuencia de tener un lugar fascinante y un acceso cómodo es que en temporada alta se pone a rebosar de gente. Han construido tres aparcamientos de pago (más caro cuanto más cerca del final) para acercarse al comienzo del recorrido y existe un control de accesos.


En esta época del año se puede disfrutar en soledad. Nosotros vimos un total de cuatro personas, y sólo en la parte sencilla del recorrido. Es lógico, teniendo en cuenta el frío que hacía. Por otro lado, durante este mes de noviembre, la mayoría de las pozas del curso alto del Parrizal estaban secas, lo que tiene la ventaja de que se puede recorrer el curso del río sin mojarse.

Como nos parecía poco recorrer solamente el barranco, y para no perder las buenas costumbres, Carmen y yo disfrutamos a placer de los ”estrets” y luego tomamos el camino equipado del Pas del Romaret. El sendero nos lleva a superar la zona más encajonada del río y nos permite una auténtica vista de pájaro sobre las formaciones rocosas. Unas grapas metálicas y cadenas ayudan a pasar las zonas más comprometidas.



El precioso recorrido nos deja al final de los estrets del Parrizal. Allí continuamos remontando el curso del río, sorteando pozas y pasando otros pasajes encajonados. Más adelante giramos hacia la parte alta (derecha orográfica del río) y tras una dura subida llegamos al magnífico mirador de les Moletes d’Arany. La vista sobre los puertos de Beceite y las “gubies” o pináculos que surgen junto a los cursos de agua es fabulosa. Me resulta sorprendente que un lugar con semejantes valores geológicos y naturales no tenga la máxima figura de protección, la de Parque Nacional.